
Fuera de la mesa, el cenicero rebalsa de gris y conserva la escala remontando al negro, la bombilla anuncia el final del sorbo y viene la pregunta... ¿por que el mate tiene dos manijas?, con una alcanza, dice mi lógica,ni con una ni con dos, dice mi conciencia...claro vuelve la vieja locura, la antigua incoherencia de "lo por cambiar".
Afuera los otros toman mate...ellos también toman mate y ríen y fabrican mates sin manijas y resecan le yerba nuevamente, para nosotros, total ya estamos acostumbrados. Bueno, yo no, no me pienso acostumbrar, voy a seguir hasta conseguir yerba buena y mates con millones de manijas.
Aunque ahora tome mates de soledad, con el gusto típico de una contramarcha, invito a tomar un mate, el agua esta hervida, pero algún día...en algún momento...vamos a sacar el agua a tiempo.